REFLEXION:"BASTALE A CADA DIA SU AFAN

< Mateo 6:34 >
“No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán.”



El Señor dijo: “No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”. El peor enemigo de un justo que vive de la fe es la preocupación. No se trata sólo de las preocupaciones de hoy, sino de las del futuro.


Para nosotros, los justos, las preocupaciones por el futuro vienen por nuestros defectos y debilidades. Por tanto, podríamos decir: “Soy así hoy, entonces, ¿cómo no habré de preocuparme por el mañana?”


Es normal que nos preocupemos cuando nos miramos a nosotros mismos. Sin embargo, si vemos nuestros defectos actuales y nos miramos a nosotros mismos, que parecemos no tener la posibilidad de alcanzar un futuro mejor y predecir el futuro, no podemos dejar de preocuparnos por ello.Esto puede hacernos dejar nuestra vida de fe. Esto ocurre porque creemos que nos conocemos muy bien y que no hay garantía de que el futuro sea mejor; así cuando no hay esperanza, nos llenamos de preocupaciones. Y estas preocupaciones debilitan nuestra fe completamente y nos hacen caer en preocupaciones fatales: ¿Debería abandonar mi fe?


No obstante, nuestro señor dice: “No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”. Si nos falta algo ahora, nos enfrentamos a ello todos los días. El mañana se preocupará de sus propios problemas, bástele a cada día su afán.


¿Qué ocurre cuando caemos sobre las preocupaciones al ver nuestros defectos y debilidades? Tal y como un poco de levadura hace que el pan aumente, los corazones de los humanos, incluso los justos, se cubren de la sombra de las preocupaciones.


No hay nadie que no tenga preocupaciones. Todos las tenemos. Si nosotros fuésemos una escala de 100, consideremos que alguien se preocupa por su situación y por el futuro un 10 en una escala de 100. Sólo un 10 de 100 está en problemas, pero el 90 restante está bien. Sin embargo, a causa de este 10, vivimos en la ilusión de que sólo hay cosas por las que preocuparnos. Este 10% se apodera del otro 90% con la idea de que somos incompletos, débiles, de que siempre cometemos errores, de que no podemos hacer nada y que el futuro no será mejor. Consecuentemente, esto no convierte en personas que no pueden hacer nada, es decir, personas enervadas.


Sin embargo, en realidad, nuestro Señor dijo: “No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”.


Lo que el señor dijo aquí es: “¿Te hace falta algo? Si te preocupa algo que te falta hoy, esa preocupación es suficiente y no tienes que preocuparte por lo que te hará falta en el futuro. No traigas los problemas del futuro al presente y no sufras por ellos anticipadamente”.


El Señor dice que el mañana tendrá sus propios afanes.


¿Qué significa esta enseñanza? Cuando consideramos nuestras vidas como una escala de 100, si hay un 10 entre 100 que nos preocupa, sólo tenemos que preocuparnos por esa cantidad por el momento. Por supuesto, esto no quiere decir que no habrá preocupaciones en el futuro. Esto no quiere decir que no tenemos aspectos en los que seamos débiles o insuficientes. Todos los tenemos. No obstante, si la debilidad aparece, sólo debemos preocuparnos por los aspectos en los que mostramos débiles en ese momento.

No hay ninguna razón por la que debamos traer preocupaciones futuras al presente y preocuparnos por adelantado


Nuestro Señor nos está diciendo que no debemos estar frustrados con nosotros mismos al pensar que somos personas minusválidas que no pueden hacer nada y darnos por vencidos porque estamos desalentados porque ya no podemos vivir de la fe.



Por otra parte , cuando averiguamos algo que nos preocupa, no debemos pensar en qué pasará en el futuro y morir por la carga de las preocupaciones. Si vamos a preocuparnos por algunos problemas o debilidades, podemos hacerlo cuando aparezcan en vez de abandonar la vida de fe o morir por lo que nos falta.

Esta es la palabra de aliento de nuestro Señor. “No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”. Podemos estar seguros creyendo en esta enseñanza.




Por mucho que intentemos ocultar nuestras debilidades, sabemos que no podemos cambiarnos a nosotros mismos, y consecuentemente podemos abandonar nuestra vida de fe. Por eso nuestro Señor dijo: “¿Por qué te preocupas? No te preocupes por el mañana. No te preocupes por adelantado por lo que pueda pasar de nuevo mañana. Cuando las cosas pasan, y sufres por ellas, es suficiente sufrir ese día”.


No debemos morir por esta razón al pensar que no tenemos esperanzas, o abandonar nuestra vida de fe al llevar la carga de nuestras preocupaciones, o afligirnos y perder nuestra fuerza o morir."



Fuente..."Serie de crecimiento Espiritual de Paul C. Jong" ( The New Life Mission)-adaptado para tamaño del blog-.n.d.edit.-




Comentarios

  1. Hoy existe nuestra vida, debemos gracias a Dios. Y preparémonos sólo por nuestro existir en gracia..
    Mañana podremos no estar vivos sino en presencia del Altísimo

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