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Mostrando entradas de julio, 2013

SOLO POR HOY:

  1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de m i vida todo de una vez. 2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo. 3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también. 4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos. 5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma. 6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie. 7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere. 8. Sólo por hoy me haré un pr

Maravilloso don de la Fe, por él creemos en la vida eterna

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Sabemos que vamos a morir pero no queremos detenernos a pensar en ello.   Maravilloso don de la Fe, por él creemos en la vida eterna Sabemos que vamos a morir pero no queremos detenernos a pensar en ello. Es una idea latente en nuestro interior pero vivimos como si ese momento nunca nos fuera a alcanzar. "Después de que se ha hecho lo posible para sostener en lo alto al antorcha de la vida, llegada la hora y cuando "ella" está ya a la puerta, es una locura oponerse al desenlace inevitable.  En ese trance, la sabiduría aconseja colgar la espada, soltar los remos, dejarse llevar", esto nos lo dice el P Ignacio Larrañaga y añade:- " El hombre ha de hacerse amigo de la idea de tener que acabar. Serenamente, sabiamente, humildemente debe aceptar acabarse: soltar las adherencias, que como gruesas maromas lo amarraban a la orilla y... dejarse llevar mar adentro". E

EL CAFÉ Y LAS TAZAS

“Se cuenta que un grupo de ex alumnos con carreras profesionales ya avanzadas se reunieron para visitar a uno de sus antiguos profesores favoritos. Al rato, la conversación se convirtió en quejas acerca de las presiones que sentían en el trabajo y en la vida diaria. Luego de ofrecerles café a todos, el profesor fue a la cocina y volvió con una cafetera grande y un buen surtido de tazas. Traía tazas de porcelana, tazas de plástico, tazas de cristal —algunas ordinarias, otras costosas, e incluso otras muy finas—, en las que les invitó a sus alumnos a que se sirvieran el café. Cuando todos terminaron de servirse, el profesor les dijo: «¿Se dieron cuenta de que escogieron todas las tazas finas y costosas, y rechazaron las ordinarias y baratas? Si bien es normal que cada uno quiera lo mejor para sí mismo, esa actitud contribuye a que sus problemas y sus presiones aumenten. »Tengan por seguro que la taza misma no le añade calidad alguna al café. En la mayoría de los casos, simpl