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Mostrando entradas de abril, 2017

235.-“….., Arrepentíos, y creed en el evangelio.”

 “Aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Lucas 13:4-5 “….., Arrepentíos, y creed en el evangelio.” ( Marcos 1:15) Aquí y allá en el mundo hay catástrofes. Terremotos, tempestades, huracanes y tifones destruyen bienes, vidas, y sumergen en la desesperación a mucha gente. Podemos hacernos esta pregunta: ¿Por qué en ese lugar y no en otro?  El versículo nos enseña que no debemos tratar de comprender la responsabilidad de unos y otros, sino que más bien debemos examinar nuestro propio caso. ¡La muerte puede alcanzar súbitamente a cualquier persona en cualquier punto del globo! Por lo tanto es preciso estar preparado para encontrar a Dios. Jesús explicó a sus oyentes cómo prepararse, y sus apóstoles lo repitieron después de él. “Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestro

234.-“Hoy es necesario que pose yo en tu casa” -

 “Nuestras familias” Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:31                                                                                              Yo y mi casa serviremos al Señor                                                                                                                                                                                                    .   Josué 24:15 REFLEXIÓN: Con razón muchas personas se conmueven al ver que la célula familiar se desintegra, pues la familia es la estructura sobre la cual está fundada toda la sociedad. La Biblia habla mucho de la familia. Nos dice que Dios conoce a cada familia: “... el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra” (Efesios 3:15). La casa del creyente tiene una posición privilegiada, pero también una gran responsabilidad. –Privilegiada porque el deseo de Dios es salvar la familia del creyente. Es c

233.-Cuando el desánimo toca a tu puerta

 “Por qué estoy tan desanimado? ¿Por qué esta tan triste mi corazón? Pondré mi esperanza en Dios, nuevamente lo alabaré,  mi Salvador y mi Dios.  Porque cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus canticos y oro a Dios quien me da vida”. (Salmo 42.5, 8)                                                                      REFLEXION: No hay ninguna persona en este mundo que no haya sufrido un tiempo de desaliento. Cuando este mal irrumpe nuestra paz, los días son más lentos y agotadores. Y las lágrimas se convierten en nuestro alimento. Comienza tan despacio que ni siquiera podemos notarlo, pero de pronto un día ya no tenemos fuerzas para nada. Nos hemos hundido en nuestra pena sin ver la salida. Mientras que nos sentimos absolutamente solas o solos  e incomprendidas, o    incomprendidos, abatidas o abatidos en nuestro interior no logramos percibir a Dios Quien, nunca se alejó de nosotr