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Mostrando entradas de febrero, 2017

231. Invocación al Espíritu Santo.-(2)

" Espíritu Santo , yo sé que eres más grande y mas bello que todos mis sentimientos y emociones, que no te puedo abarcar con mi sensibilidad herida. Tú no eres como yo te siento a veces, porque eres incapaz de hacerme daño, de absorberme o de dominarme a la fuerza. Eres una infinita delicadeza. Espíritu Santo, a veces experimento mi pequeñez ante tanta grandeza y escapo de ti como si pudieras hacerme daño. Perdona esas tonterías de mi corazón pequeño. Olvido que tu poder es el  que me hace fuerte, que me da la vida y me sostiene, y que todo viene de tu amor divino. Dame la gracia de dejarte actuar, para que pueda gozar de tus delicias, para que pueda cantar de gozo en tu presencia. Ven Espíritu Santo.”  Amen."                        Fuente: mensajes de hermano católico Dr. Benjamín Ruiz Rodas

230.-Reflexión :”Interpretación de la Biblia”

“A veces oímos decir: «La Biblia no debe tomarse al pie de la letra. Para un mismo texto existen diferentes interpretaciones posibles...». –Si le pido a mi hijo que ponga la mesa inmediatamente, puede hacerse el sordo o desobedecer. Pero en todo caso la orden es clara y no deja lugar a ninguna interpretación. La Biblia dice: “Dios... ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Es una orden, y es válida ahora, en todo lugar y para todos. Es clara e indiscutible. –Si le entrego un regalo a mi amigo y le digo: «Toma, es para ti», ¿se preguntará cómo tiene que interpretar mis palabras? La Biblia también dice: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Se trata de un regalo para el que cree en Jesús. ¿Es necesario interpretar este texto, o creerlo simplemente? Seamos prudentes para interpretar los textos de la Biblia. Corremos el r

229. “Señor, yo creo, pero aumenta mi fé.”

“Hermanos : La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera, y de conocer las realidades que no se ven . Por ella, fueron alabados nuestros mayores. Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia. Por la fe, vivió como extranjero en la tierra prometida en tiendas de campaña, como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, después de él. Porque ellos esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.  Todos ellos murieron firmes en la fe. No alcanzaron los bienes prometidos, pero los vieron y los saludaron con gozo desde lejos. Ellos reconocieron que eran extra