REFLEXIO: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

“¿Què pues diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién   contra nosotros? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la diestra de Dios para interceder por nosotros? ¿Quièn  nos separarà del amor  de Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
 Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá separarnos del amor deDios, que es  en Cristo Jesús Señor nuestro. “(Rom 8,31-35.37-39)
Los especialistas consideran que la Carta a los Romanos es la obra maestra de San Pablo, la cual contiene la mayor parte de la teología más refinada del apóstol.
El capítulo 8 —punto medio y culminante de la carta— se enfoca en la llamada a una conversión continua mediante la vida “en el Espíritu”.
San Pablo dedica todo este capítulo a enseñar a los creyentes de Roma que todos los cristianos han recibido el Espíritu Santo en su corazón, por lo cual, todos podemos recibir la fuerza divina para vivir conforme a los mandamientos de Dios y amar como Jesús ama. San Pablo explica también que el Espíritu Santo nos enseña a orar y nos ayuda a superar las debilidades dándonos fuerzas para vivir como hijos e hijas de Dios. Finalmente, San Pablo exhorta a los romanos diciéndoles que todos los que viven en el Espíritu están destinados a la gloria futura, que es la vida eterna con Dios.
En los ahora citados versículos finales de este capítulo, Pablo concluye diciendo que los que vivimos “en el Espíritu” no podemos fracasar porque tenemos mucho a nuestro favor. Por eso nos dice:” Si Dios es por nosotros, ¿quién   contra nosotros?”. De hecho, estamos tan bien protegidos que San Pablo está seguro de que nadie podrá jamás separarnos del amor que Jesús, especialmente porque tenemos la promesa de que Dios nunca nos abandonará.

La vida está llena de tentaciones, peligros y pecados; el poder del mal nos asedia por todas partes. Con todo, es importante saber que el Señor está siempre tratando de congregarnos junto a Él. Su amor es como un poderoso imán que nos atrae con fuerza y nos lleva a su presencia. No hay nada —ni pecados pasados, ni la tentación más poderosa y ni siquiera el demonio más fuerte— que pueda impedirnos recibir el amor de Cristo Jesús. Por eso, somos más que vencedores, y Jesús quiere darnos esta seguridad día tras día.

Aprendamos a confiar plenamente en nuestro Señor, pongamos nuestra vida en sus manos y dejemos que Él nos guíe por el camino de la verdad. 
 
 
ORACION:
 
“Señor y Salvador mío, tu amor es tan inmenso que me deja totalmente maravillado. Quiero rendirte honor y alabanza hoy en día y darte gracias por amarme tanto. Jesús, mi Señor, yo también te amo con todo mi corazòn"

Comentarios

Entradas populares de este blog

REFLEXION: "Porque muchos son llamados, y pocos escogidos"

REFLEXION......"SOBRE LA CONVERSION DE PABLO"

LA ORACION DE JABES-REFLEXION