MEDITACIÒN : Amado Jesucristo, mi Señor, yo también quiero conocerte personalmente.
“Habiendo entrado Jesùs en Jericó,
iba pasando por la ciudad.
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Había un varòn llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos,
y rico.
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Procuraba ver quién era Jesús,
pero no podía a causa de lamultitud, porque era de pequeña estatura.
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Se adelantó corriendo y se subió a
un árbol sicómoro para verle, pues iba
a pasar por allí.
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Y cuando Jesús llegó a aquel
sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja
pronto; porque hoy es necesario
que pose yo en tu casa.»
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Se apresuró a bajar y le recibió
con alegría.
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Al verlo, todos murmuraban
diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»
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Zaqueo, puesto en pie, dijo al
Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo
defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»
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Jesús le dijo: «Hoy ha
llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,
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Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y
salvar lo que habìa perdido.» (Lucas 19, 1-10)
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Meditación:
Cuando
Zaqueo descubrió quién era Jesús, se sintió conmovido y dijo: “Mira, Señor, voy
a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le
restituiré cuatro veces más” (Lucas 19, 8). Estas son expresiones de un hombre
transformado por Dios, para quien amaneció la luz y llegó la salvación.
Los
recaudadores de impuestos eran despreciados por los judíos devotos. Eran gente
rica e influyente, pero notorios como engañadores, deshonestos y explotadores.
Zaqueo era un “jefe de cobradores de impuestos y persona de mucho dinero”
(Lucas 19, 2), es decir, era la personificación de todo lo que los judíos
despreciaban y quién dirigía las actividades de todos los demás recaudadores
que tenía a su cargo.
No se sabe
cuál sería su motivación, pero nos consta que Zaqueo quería conocer a Jesús, y
como era bajo de estatura subió a un árbol para verlo mejor.
Jesús, viendo su afán, le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy es necesarioque pose yo en tu casa” (Lucas 19, 5). En
otras palabras: “Baja, Zaqueo, no puedes conocerme si me ves sólo de lejos,
porque el pecado no te deja ver bien y solamente conocerás algo acerca de mí.
Si de veras quieres conocerme, entrégate a mí y arrepiéntete de tus pecados.
Entonces, yo te perdonaré, te sanaré y te daré una nueva vida.”
Zaqueo
obedeció al instante, lleno de alegría. No sabemos cómo fue la visita de Jesús
a su casa, pero una cosa es cierta: Zaqueo llegó a ser una persona
completamente diferente. Se sintió liberado, pudo reconciliarse con aquellos a
quienes había estafado (Lucas 19, 8) y aprendió a amar y servir a sus
conciudadanos de una manera diferente.
ORACION
“Amado
Jesucristo, mi Señor, yo también quiero conocerte personalmente. Te invito a
venir a cenar en mi casa, es decir, a que entres en mi corazón, y así me des
una vida nueva de paz, armonía y salud, no sólo a mí sino a mi familia también.
Gracias, Señor.”
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