213.-¿Dios es un Dios indiferente o un Dios de amor? (2)
“En esto consiste
el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.”
1 Juan 4:10
“Arrepentíos, y
creed en el evangelio.”
Marcos 1:15
REFLEXIÓN:
Dios sabía de antemano que los
hombres harían un mal uso de su vida, lo cual los puso bajo la esclavitud del
pecado. Por ello, incluso antes de que existiese el mundo, Dios ideó un plan de
rescate para la humanidad: la Biblia nos revela este medio de salvación para el
hombre perdido. ¡Qué misterio insondable! “De
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
¡Qué mensaje tranquilizador: Dios
ama a los hombres! Lo mostró permitiendo que su propio Hijo viniese a nosotros.
Su muerte en la cruz y su resurrección manifiestan su resplandeciente victoria
sobre el mal. Los que creen esto reciben la vida eterna y las fuerzas para el
presente.
En un mundo en pleno desconcierto,
que no sabe a dónde va, si hemos aceptado seguir a Jesucristo hallaremos un
sentido a nuestra vida, una respuesta justa a nuestras preguntas existenciales,
y recibiremos ánimo en medio de la prueba.
No, Dios no es indiferente a
nuestro futuro eterno. Dejémosle actuar en nosotros, escuchémosle y creamos en
él. Recibamos sencillamente el don de gracia de Dios, la “vida eterna en Cristo
Jesús”. Creamos en “Jesús,
Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado
para nuestra justificación”
(Romanos
6:23; 4:24-25).
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