210.-¿Quieres ser sano?
“Y había allí un
hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio
acostado... le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no
tengo quien me meta en el estánque cuando el agua fuere
revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.” Juan 5:5-7
REFLEXION:
Jesús hizo esta sorprendente pregunta
a un hombre que estaba enfermo desde hacía 38 años. ¡Todos los enfermos desean
sanarse! Pero mediante este pasaje Jesús quiere hablarnos de un mal
completamente diferente, un mal que afecta a nuestra alma. Es un mal interior,
mucho más grave que todas las enfermedades físicas. La Biblia lo llama pecado.
Es el origen de todos los sufrimientos por los que tenemos que pasar en esta
tierra, nos separa eternamente del Dios de amor.
Esta pregunta se
dirige a cada uno de nosotros, y Jesús está esperando una respuesta concreta.
Nadie podía responder en lugar de este hombre. Sin embargo, él no respondió directamente,
pues habló de los demás y no de lo que él mismo vivía, quería o sentía. A
menudo nos sucede lo mismo. Pedimos ayuda a los demás, o si no, pensamos que
todo está perdido.
Pero Jesús conocía
la aflicción de este hombre a quien nadie podía ayudar, no tenía salida.
Entonces le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda” (v. 8). ¡Y al instante fue
sanado! Jesús dio la orden. El hombre paralítico no hizo ninguna pregunta, sino
que obedeció, se levantó y halló la libertad.
¡Dios es el que
salva! Pero nos pide que aceptemos su salvación. No cerremos la puerta pensando
que somos indignos de él. Por supuesto que lo somos, pero Dios nos ama; fue él
quien nos amó primero. Dio el primer paso enviando a Jesús para que nos
levantase y nos diese una nueva vida.
¡Solo tenemos que aceptarla mediante la fe! ¿Quieres
ser sano?
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