168- REFLEXIÒN: CRISTO, la Piedra angular de mi vida

Cimentarnos en Cristo, es tener la conciencia de que Cristo es indispensable en nuestra vida, en nuestro seguimiento, ¿Somos conscientes de esto?

Porque, nos puede pasar como a los que vivieron en la época de Jesús, que, no le reconocieron como piedra angular, lo desecharon, lo despreciaron.

Que Jesús sea la piedra angular en mi vida significa que no es alguien más, no es una opción más con la que puedo contar o no, no es alguien más, sino alguien vital en mi vida, sino le tengo en mi vida no Vivo en abundancia porque él ha venido a traerme vida en abundancia” (Jn 10,10).

“Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a  nuestros ojos?” Mt 21,42 

  Un edificio, concretamente un arco tiene una piedra en el centro que une el arco, que es la que le da soporte al arco y a todo lo que se construya, pues esa es la piedra angular, si Cristo falta en mi vida, en mis opciones, en mi vivir cotidiano, entonces mi vida no se puede sostener, se cae, hay algo que falta

Qué bueno sería reconocer a Cristo como el centro de mi vida, de mis opciones, de lo que vivo, que todo lo que haga me lleve a Él y parta desde él.

No desechemos lo que él nos dice en la oración, cimentarnos en Cristo tiene mucho de esta vida contemplativa en la acción, es decir, estar atento/a a su palabra, a sus mociones e insinuaciones en el día a día y no desecharlas, por raras o difíciles que nos parezcan de concretar o poner en práctica, porque si la desechamos, entonces estamos desechando la Piedra angular, estamos desechando a Cristo de nuestras vidas.

Hoy, maravillémonos de que es el Señor quien lo ha hecho, Dios se pone al servicio nuestro, se hace nuestra piedra angular, se pone por debajo para soportarnos y eso es un milagro cada día, el reconocer que podemos continuar en el seguimiento porque Dios se ha puesto a la base de nuestra vida para sostenernos, para sujetarnos y mantenernos fieles en su seguimiento.

ORACIÒN

Gracias Señor por dejarnos ver, palpar y experimentar que tú eres la base, la piedra fiel y estable de nuestro seguimiento.

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SALMO 118, 22-23}

²² La piedra que los constructores despreciaron
se ha convertido en la piedra angular.
²³ Esto lo ha hecho el Señor,
y estamos maravillados.