135.-MEDITACION: mientras mejor conozcamos al Señor y su forma de actuar, más aprenderemos a imitarlo.
“Mas ¿á que
compararé esta generación? Es semejante á los muchachos que se sientan
en las plazas, y dan voces á sus compañeros
Y
dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no
lamentasteis.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y
dicen: Demonio tiene.
Vino el Hijo del hombre, que come y
bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de
publícanos y de pecadores. Mas la sabiduría es justificada por sus hijos.”(Mateo
11, 16-19)
Meditación:
Jesús era un
enorme dilema para los escribas y los fariseos. Algunos lo enfrentaban con un
espíritu abierto y le planteaban problemas verdaderos; otros se le oponían en
todo lo que él hacía o decía, hacían planes para manchar su buena reputación y
hacerlo caer en errores doctrinales o teológicos.
Pero ¿a qué
se debía tanta oposición? Esencialmente, a que la visión espiritual de esta
gente era como de un túnel. Amaban sinceramente las Escrituras, pero cuando el
Señor les decía que en él se cumplía un cierto pasaje, no lo podían aceptar.
Estaban tan aferrados a sus ideas preconcebidas que ni siquiera los milagros
del Señor les movían de sus conceptos y más bien buscaban cualquier pretexto
para descalificarlo, alegando que estaba poseído por un demonio; que compartía
con prostitutas y borrachos; que infringía la ley del día de reposo.
Pero los
judíos no eran los únicos que tenían visión de túnel. En distintas ocasiones de
nuestra vida espiritual, todos afrontamos el desafío de reconocer y renunciar a
nuestros razonamientos y actitudes contrarios a la Palabra de Dios.
Tenemos que
aceptar que Dios no siempre actúa como y cuando nosotros creemos que debería
hacerlo.
Siendo así,
estimado hermano, dedica tiempo hoy a pensar que efectivamente el Señor te
puede conceder un entendimiento más completo de su persona y de la persona que
él espera que tú seas. Permite que te muestre si le estás oponiendo resistencia
en algún aspecto; y pídele que te haga ver si tú también tienes una visión de
túnel respecto a lo que él quiere que hagas.
Con todo,
conviene saber que en muchas cosas nos parecemos más a los apóstoles que a los
escribas y fariseos, porque en realidad nosotros sí creemos en Cristo, lo
amamos y queremos complacerle.
Tal vez
tengamos áreas de resistencia en el corazón, pero sus discípulos también las
tenían, y al igual que ellos, mientras mejor conozcamos al Señor y su forma de
actuar, más aprenderemos a imitarlo.
ORACION:
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