207.- ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?
“Vinieron sus discípulos... diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?”
Mateo 8:25-26
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 1:9
SEÑOR: Hoy voy a ti
Si tienes dudas en
el camino de la fe, ¿ permite dar unos pasos junto a Ti hacia Jesús? Él es una
persona divina, pero tú puedes hablarle sencillamente como a su amigo más
cercano. Jesús tiene en cuenta lo que le decimos con sinceridad.
Quizás te sientas
cargado, sin esperanza, sin objetivo en la vida, agresivo, abatido... Entonces
es el momento de detenerse en un lugar donde puedas hablar a solas con Jesús.
Para ayudarte,
puede inspirarte en lo que otros han dicho a Jesús, cada uno a su manera:
«Reconozco que mi
vida no tiene sentido, creo que estoy perdido, como dice el Evangelio.
¡Libérame! Sálvame como a un náufrago, toma mi mano, sé mi Salvador. Hasta
aquí viví como quería; traté de hacer callar mi conciencia y escogí hacer el
mal.
Señor Jesús, te
ruego que perdones mis mentiras, el odio que está en mí, la envidia... Ves cómo
ha sido mi vida hasta ahora. Me siento triste por haber acumulado todas estas
faltas.
Es cierto, soy
culpable, pero la Biblia dice que tu sangre derramada en la cruz me purifica de
todo pecado. Diste tu vida por mí... Me abandono a ti, ven a morar en mí y
purifica mis pensamientos de todo este mal. ¡Transfórmame por completo!».
Cuéntale todo lo que hay en tu corazón, a medida
que la luz del Evangelio va penetrando en tí. Estas cortas oraciones, hechas
con sinceridad, son suficientes; Jesús las escuchará, pues él quiere ser tu
Salvador. AMEN
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