REFLEXION: "El dolor es un reloj"/ El dolor y la BIBLIA


El dolor es un reloj



La explicación del dolor, el porqué de la enfermedad, la incógnita del sufrimiento es una: el amor. 


El dolor es un reloj. Es algo lleno de ingenio que sirve para partir el tiempo en una enormidad de trozos pequeños, muy pequeños. Es algo realmente útil, porque con sus dos agujas divide las horas de alegría y las de abatimiento. El dolor puede ser muy perjudicial, si no se vive bien. El dolor es mágico, porque una hora puede transformarse en sesenta minutos de aflicción o en segundos de dicha.

Examinemos algunos relojes que han dado la hora correctamente. Algunos, al inicio, se retrasaron. Pero después han funcionado con la fidelidad del cuarzo. No podría valorar el precio de estos quilates...

Recuerdo el testimonio del doctor Vallejo-Nágera. Le habían diagnosticado una úlcera de duodeno. Le hicieron volver todos los lunes. Después de una revisión más profunda, le dijeron:-Tienes un cáncer de la cabeza del páncreas-.
-¿Es operable?
-Por la metástasis en el hígado no lo juzgamos conveniente.
-¿Y quimioterapia?
-Lo hemos consultado y no hay ninguna adecuada.
¿Entonces?
-Esto puede durar unos meses... Podrás llevar una vida de cierta actividad en este tiempo.

Días después mandaron el expediente a Houston, para mayor tranquilidad. No había nada que hacer. Juan Antonio continúo su vida normal, pero en otra dimensión. Hacía menos cosas, pero mejor, con más gravedad.

Un periodista y amigo suyo recogió el siguiente testimonio: "Religiosamente estaba un poco descuidado. Tenía una buena formación, pero con una práctica moderada. Y, sin embargo, sin ningún mérito por mi parte. Al oír eso del cáncer me vino instantáneamente una gran serenidad y pensé: Dios mío, muchas gracias, me has mantenido hasta los sesenta y tres años con una vida sumamente agradable; he tenido ocasión de situar a mis hijos; ya está casada la menor; no me queda nada importante en la vida por resolver y has hecho el favor de avisarme".

Otro reloj. Es el caso de "Lolo". ¿Quién sabe si en unos años no lo invocaremos como San Lolo Garrido? Su historia es muy luminosa. A los 22 años, recién terminados sus estudios de magisterio, una enfermedad comenzó a paralizar su cuerpo. Sus días transcurrían en una silla de ruedas. Le entró una fiebre literaria: leía libros y devoraba artículos. Escribió. Cuando se le paralizó la mano derecha, aprendió a escribir con la izquierda. Al perder incluso la sensibilidad en ésta, pidió que la amarraran una pluma a su mano insensible con una cuerdita. Quería seguir escribiendo. Lolo no perdía el buen humor: "Señor, ahí tienes mi pila de revistas. Y si no te valen, que los ángeles las vendan como papel de envolver".

Luego la enfermedad le llegó a los ojos. Al quedar ciego, grababa sus libros. En los últimos 10 años de su vida publicó nueve libros. Su testimonio constituye un canto a la dignidad del dolor y del sufrimiento. Estoy seguro que estas palabras le acompañaron en la cabecera de su lecho de dolor e iluminaban más su alma que las miradas de los visitantes. Estas frases bien valen un marco o una estatua: "¡Señor, líbrame de esta tentación de apreciar el tiempo de la enfermedad como un período estéril y sin valor! Una vida de enfermo no es una vida fracasada. Aceptar mi enfermedad, ofreceros alegremente mi sufrimiento, esto no demanda más que un momento".

La silla de ruedas, la cama. El misterio de encontrarse con uno mismo. El dolor, la enfermedad valen no tanto por lo que quitan, sino por lo que dan.

El dolor es un misterio, como la misma vida de las personas. Nunca lograremos explicarnos totalmente a nosotros mismos, nunca nos comprenderemos. La explicación del dolor, el porqué de la enfermedad, la incógnita del sufrimiento no es una respuesta abstracta. Yo sólo encuentro una: el amor.

No cabe duda de que la enfermedad y el sufrimiento siguen siendo un límite y una prueba para la mente humana, algo así como un tapón para el corazón. Sin embargo, quienes lo han vivido han aumentado su estatura humana.

Todos sufrimos y de muy diversas maneras. La enfermedad y las dolencias se compran en cualquier rincón de nuestro mundo. Uno sufrirá un infarto, otro un cáncer. A alguna la nostalgia y el desaliento le enredarán entre sus telarañas. Los que sigamos, nos haremos viejos. Nos dolerá la espalda, perderemos la memoria... Pero la paz y la vida están seguros. Un Hombre ha roto la piedra del sepulcro y ha dado sentido a la vida. Desde ese momento se han sincronizado todos los "relojes".





Autor: Marcelino de Andrés y Juan Pablo Ledesma | Fuente: Catholic.net



El Dolor y la Biblia
 
- Es difícil explicar porque existe el dolor y por qué sufrimos.
Hay veces en la vida que te sientes desesperado, lleno de problemas, de responsabilidades, tenso, inseguro, aprensivo, angustiado. Y por más vueltas que das, no logras sentirte de otra manera

- En  estas líneas trataremos de explicarte:
de dónde viene el dolor,
para qué sirve  el dolor
y cuál es la mejor manera de vivirlo.
EL DOLOR
- El dolor es un misterio (algo que no entendemos) que acompaña al hombre en su camino, junto con la alegría.
-¿POR QUÉ EXISTE EL DOLOR?

Porque el hombre es imperfecto y la naturaleza es imperfecta también.
- En un principio, cuando Dios hizo al hombre, en el paraíso, no había dolor. Con el pecado original de Adán y Eva (cuando desobedecieron a Dios comiendo del árbol prohibido), el hombre fue ex -pulsado del paraíso, su cuerpo se volvió mortal (que se va acabando y muere) y entró el mal y el dolor al mundo.

- Hay diferentes tipos de dolor:
a)    El dolor físico o del cuerpo humano porque es perecedero, envejece y se enferma.
b) El dolor moral o del espíritu, porque a veces el hombre usa mal su libertad, escoge el mal y hace daño a otros.
b)      - El dolor puede ser grande o pequeño, puede ir creciendo o disminuyendo, y puede durar poco tiempo o muchos años.
 
EL SUFRIMIENTO
- El sufrimiento es la actitud personal, es decir la respuesta de cada uno, ante el dolor.
- El sufrimiento depende del temperamento, o sea de la forma de ser de cada persona. Hay unos que aguantan más que otros.
¿POR QUÉ SUFRIMOS?
No hay respuesta definitiva, es un misterio, algo que no entendemos. Más bien debemos preguntarnos: ¿PARA QUÉ SUFRIMOS? Para ofrecerlo a Dios y unir nuestro sufrimiento al de Jesús en la cruz. De esta manera participamos en la redención.
- Es muy importante que sepas que tu dolor, puede no ser en vano, puedes ofrecerlo a Dios.
- Puedes también pedirle a Dios que te dé fortaleza para aceptarlo y llevarlo con serenidad.
- Es importante que estés convencido de que Dios NO te envía o te provoca el dolor, pues te ama. Simplemente te acompaña y te consuela.
 
UNA HISTORIA EN LA BIBLIA
- En el desierto de SINAI, el pueblo judío se rebeló contra su guía Moisés y contra Dios. En este momento Moisés estalló en una larga lamentación contra Dios:" ¿Por qué me tratas así? ¿Por qué tengo que cargar yo solo con la pesada carga de todo un pueblo testarudo y me obligas a llevarlo, hasta la "tierra prometida"? ¿Por qué no me ayudas con tu bondad? ¿De dónde voy a sacar carne para darles de comer? Es una carga demasiado pesada. Si vas a tratarme así, mátame, por favor, para que no tenga que sufrir por más tiempo esta desventura." Y Dios comprensivo, salió al camino para socorrer la soledad de su siervo con una asistencia especial. (Num. 11-17)
 
SOLO CUANDO UNO HA CAÍDO
- Como ésta, encontramos varias historias en la Biblia, de donde aprendemos que el corazón del hombre se levanta y sube hacia Dios, solamente cuando está caído, cuando ha tocado fondo.
- Cuando no le resta esperanza humana, cuando el hombre conoce y reconoce que es desvalido, y no le queda de donde agarrarse, porque todas las vigas para sostenerse crujen y se rompen... entonces, Dios se levanta en medio del camino, como la única columna de seguridad, extiende sus brazos y se transforma en un regazo y refugio para acoger, consolar y animar al caído.
- No hay otro camino para entender que Dios es el único que todo lo puede: hay que comenzar por experimentar que uno sólito no puede.
- Cuando el hombre vive sin problemas, con prestigio, éxito, fuerza, poder, juventud, dinero, belleza... va pisando sus propios territorios y es difícil que no acabe sintiéndose un "pequeño dios".
- Sólo cuando el hombre acepta que es débil y se presenta a Dios como un niño, como un pobre, sólo entonces puede abrazarse a Dios.
- Algunas, por no decir gran parte de las TRANSFORMACIONES de las personas que uno ha podido conocer en la vida, se han dado después de que han sufrido un desastre personal, después que han tenido una gran caída.
 
LA CONFIANZA
- Al sentir la gran diferencia que hay entre la pequeñez y la debilidad de uno por un lado, y el gran amor que Dios nos da gratis y la riqueza suya por el otro, brota desde el corazón del pobre ese sentimiento, mezcla de fe y seguridad, al que llamamos CONFIANZA.
- Solo entonces, es cuando uno puede decir de corazón: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré?" (Sal 27)
 
MIEDO Y ANGUSTIA
- Cuando te sientes tenso, inseguro, aprensivo, angustiado, la razón de este estado de ánimo es la siguiente: estás ENCERRADO EN TI MISMO.
- Aunque buscas a Dios de vez en cuando y rapidito, el centro de atención y hasta la obsesión, eres tú mismo, tu situación. Todo el día piensas en ti y en tus problemas.
- Cuando no sales de ti mismo, te sientes tan inseguro, tan infeliz, que es difícil no tener MIEDO. El miedo crea "fantasmas", es decir que cuando estás asustado te imaginas que pasan cosas que en la realidad no están pasando o bien, los problemas reales los haces mucho más grandes. Todo se hace más grande por el miedo.
- Vivir así es agonizar, es vivir desesperado en una prisión, sin poder salir.
LA VERDADERA LIBERACIÓN
- En cuanto tomas conciencia, ves que estás ENCERRADO en ti mismo y te despegas de ti mismo, es cuando te das cuenta de que ESTÁ DIOS, un Dios que todo lo puede, un Dios que te ama infinitamente (muchísimo), que te ama gratis, sin que te lo merezcas, a pesar de tus defectos y tus ofensas, un Dios que te cuida y te protege todo el tiempo, un Dios que lo que más quiere es tu bien... sólo entonces puedes LIBERARTE.
- Al ABANDONARTE EN MANOS DE DIOS, al sentirlo como roca fuerte, se esfuma el miedo y como consecuencia, desaparecen los "fantasmas" y la cárcel en la que vivías tenso, inseguro, aprensivo y angustiado.
- Solo entonces podrás gritar con alegría: ¡Yo confío en el Señor! He salido de mi mismo, he soltado mis problemas y he entregado a Él las llaves de mi propia vida, como quien extiende un cheque en blanco, para que Dios haga de mi vida lo que su voluntad quiera, y que seguramente será lo mejor para mi, pues sé cuánto me ama.
Entonces podrás vivir tranquilo, sereno, contento, libre y confiado, a pesar de los problemas de la vida.
 
 
LA RECAÍDA
- Puedes lograr este primer paso de confianza y, de repente, en un descuido, desprenderte nuevamente de Dios volviéndote a encerrar en ti mismo, volviendo a vivir entre sombras y miedos
- ¿Cómo se explica esta recaída? Así es la condición humana. Hay que comenzar por aceptar con paz, sin alarmarse, que la naturaleza humana es así, sube y baja, cambia a cada rato.
- La estabilidad, la libertad completa, vienen llegando después de mil combates y mil heridas, después de muchas recaídas y levantadas.
- Cada victoria en la liberación, siempre será fruto de abandonarse en manos de Dios. Mientras se tengan fijos los ojos en el Señor, no retornarán los sobresaltos, el miedo no volverá a rondar.
 
CAMBIAR TU ACTITUD
- El libertador es Dios. Recuerda que la liberación no se da mágicamente, sino porque Dios te ama tanto y te cuida y protege.
- Todo lo que hemos reflexionado, no significa que Dios te vaya a resolver todo rápidamente o de la manera que tú quieres que lo resuelva. Recuerda que Dios escoge sus caminos y sus momentos, pero todo lo que Él permita será siempre para tu bien, no tu bien de hoy, sino tu bien eterno, o sea tu salvación
- También recuerda que el ponerte en manos de Dios no significa que no debas hacer todo lo que tú puedas para resolver tus dificultades, para arreglar tus cosas. ¡Ayúdate que Dios te ayudará!
- Más bien el liberarte, significa cambiar la respuesta ante las dificultades, CAMBIAR TU ACTITUD DE VIDA cuando tienes problemas, como todo el mundo los tiene.
- Recuerda, el Padre no permitirá que quien se acoge a Él sea herido, ni a nadie le da una carga mayor a la que puede cargar con su gracia.
 
 
PROPÓSITO DEL MES:
- De hoy en adelante trataré de "confiar" de depositar en manos de Dios mis inquietudes, mis problemas, mis preocupaciones y descargar todas mis tensiones en su corazón, orando.

 

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