150.-OREMOS CON LOS SALMOS -2
“Jesús les puso este ejemplo para enseñarles que hay que orar siempre sin desanimarse jamás…” (Lc 18,1) “Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales. Canten y celebren interiormente al Señor…” (Ef 5,19) La oración es obra del Espíritu Santo. No sabemos qué pedir ni cómo hacerlo, por eso, el Espíritu ruega en nosotros, llamando a Dios por medio de los anhelos que suscita en nuestro corazón (Rom 6,26). En realidad, la oración no consiste solamente en pedir, también damos gracias, contemplamos las obras del señor, le confiamos nuestros deseos de estar más cerca de él. A cada uno, el Espíritu le inspira sentimientos y palabras con que dirigirse a Dios. No es necesario usar fórmulas y rezos, sino que basta hablar con la sencillez del hijo que dice “Abba”, o sea “Papá” (Rom 8,15) Sin embargo, la oración necesita una orientación, lo mismo como nuestro espíritu necesita de un cuerpo. Precisamos de oraciones hechas que nos sirvan de guía y nos enseñen l...